En el año 1599, los Jesuitas llegan a la ciudad de Córdoba, quienes realizaron una importante tarea evangelizadora, pedagógica y misional.
Así Córdoba fue el punto de referencia cultural del Río de la Plata y Tucumán.
Luego, en el año 1767, por orden del Rey Carlos III, los Jesuitas fueron expulsados dejando una valiosa herencia a la ciudad.
La llamada Manzana Jesuítica fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2001.