La Capital sanjuanina es moderna, ágil, limpia y de construcciones bajas.
El 15 de enero de 1944 un tremendo terremoto arrasó con el patrimonio arquitectónico colonial de la ciudad. Sólo un pequeño puñado de edificaciones sobrevivió: la casa natal de Sarmiento y el convento Santo Domingo.
Para recorrer la ciudad es recomendable comenzar por su corazón, la Plaza 25 de Mayo. El emblemático espacio verde es punto de partida de un tradicional city tour.
Con una larga historia, el antiguo paseo tuvo distintas denominaciones, así el nombre original fue Plaza Mayor y luego Plaza de Armas, donde se practicaban ejercicios militares. En el 1816 fue el espacio donde se celebraban las corridas de toros.
En 1817 formaron en ella las fuerzas de la IV División del Ejército de los Andes, comandadas por el teniente coronel Manuel Cabot para revista del gobernador doctor Ignacio de la Roza. Allí estuvieron los prisioneros de la batalla de Chacabuco, traídos por el capitán José Clemente Sarmiento.
De la Roza fue el primer funcionario que decidió ornamentarla con árboles aunque con su partida del mandatario los ejemplares fueron arrancados y el espacio público quedó devastado. Con la llegada al gobierno de Domingo Faustino Sarmiento, la plaza manifestó un decidido progreso: arbolado, construcción de paseos y caminos transversales. Estas mejoras fueron continuadas por el gobernador Camilo Rojo quien decidió plantar los famosos "naranjos de Rojo".
En 1868 se sumaron especies de acacias blancas y aguaribayes.
Posteriormente se inauguró el servicio de agua corriente y la pila de la plaza enorgulleció a los sanjuaninos con sus brotes de agua. Con el transcurrir del tiempo nuevos trazados de acuerdo a las tendencias paisajistas de jardines acompañaron a modernos embaldosados y diseños lumínicos.
Fuente: La Voz Turismo
http://www.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=548430