Publicado: 04/10/2009
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Fuente: La Voz Turismo
Se trata de edificios imponentes que albergan o albergaron escuelas y colegios, construidos en épocas en que el Estado contaba con recursos económicos y políticas de gobierno que privilegiaban la cultura y la educación.
En la época colonial y etapas posteriores, la educación en Argentina, en general, y en Córdoba en particular, estuvo a cargo de órdenes religiosas.
Luego de la unión nacional y durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, entre 1868-1874, el objetivo principal de sus políticas fue la cultura y la educación, bajo el sistema democrático en el que el pueblo es soberano y debe ser educado.
En la ciudad de Córdoba, en un tramo de la avenida General Paz y su continuación, Vélez Sársfield, se construyeron en el marco de aquellos objetivos propuestos y a cargo del Estado Nacional, varios edificios destinados a instituciones educativas y de investigación científica que, como verdaderos templos del saber, fueron realizados con criterios de jerarquía y monumentalidad.
Este circuito autoguiado sugerido, recorre la avenida General Paz en sentido norte - sur y se inicia en la intersección con Humberto Primo, donde está el primer punto del derrotero: la Escuela Graduada Superior Normal de Niñas, hoy Alberdi, construida en 1906. Su destino fue primero la formación de maestras, de las cuales egresaron 790 hasta 1933, cuando se convirtió en escuela primaria.
El arquitecto Carlos Morra fue el autor del proyecto y diseñó una fachada con líneas neogriegas sencillas y severas y un gran frontón sobre el ingreso principal, elemento que caracteriza al edificio.
El planteo interior siguió el propósito de ubicar aulas y dependencias alrededor de patios formando una U y el lado abierto conectado a jardines. Los espacios interiores muy amplios siguieron las pautas de las medidas higienistas de la época.
Academia de Ciencias.
La caminata continúa hacia el sur y se detiene en Vélez Sársfield 249, frente a la Academia Nacional de Ciencias, inaugurada el 11 de setiembre de 1869.
Esa fue una época de esplendor para las ciencias y en Córdoba quedó conformado el polo más importante del país, integrado por la Academia Nacional de Ciencias; la Universidad Nacional de Córdoba; el Observatorio Nacional Argentino, y la Oficina Meteorológica Argentina.
El médico, zoólogo y paleontólogo alemán German Burmeister, fue el primer director de la academia y con el mandato del entonces Presidente Sarmiento, incorporó un núcleo de 20 científicos para formar profesores de ciencias naturales y exactas y para investigar el territorio provincial y nacional.
Este fue el primer edificio diseñado para actividades universitarias y la construcción que hoy se observa fue edificada entre 1874 y 1883, por los arquitectos Pompeyo Moneta y Enrique Aberg.
La puerta principal, en el eje de la fachada, está jerarquizada por la decoración. Un balcón sostenido por ménsulas, almohadillados, fuerte cornisa y balaustrada superior, que alivianan la composición, le otorgan un esplendor sobrio de riguroso clasicismo. Ahí se instalaron los museos de mineralogía, zoología y botánica, además de aulas, gabinetes, laboratorios y biblioteca formada con material donado por los sabios y científicos contratados.
La sede de la Academia Nacional de Ciencias tuvo modificaciones. Hacia 1950 se demolió la parte posterior para adaptarlo a las necesidades de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Sin embargo, la fachada actual es la original y fue recientemente restaurada para conmemorar el 140° aniversario de su creación.
Escuela Gobernador Olmos.
El recorrido continúa por Vélez Sársfield en la intersección con bulevar San Juan. Allí se erigió la Escuela Graduada Superior de Varones "Gobernador Olmos", hoy convertida en shopping. Construida en 1909, fue proyectada por el Departamento de Ingenieros, sección Obras Públicas de la Provincia. El gobernador Vicente Olmos, durante su gestión (1904-1907), emprendió la obra y su acción mereció que la escuela llevara su nombre.
Se la proyectó para albergar una población de 500 alumnos, con la posibilidad de aumentarla a 800. La monotonía de la fachada fue neutralizada con el movimiento del plano curvo, que se adaptó a la forma original de la plaza Vélez Sársfield, ubicaba al frente, a modo de rotonda.
El predominio de lo horizontal se interrumpió con detalles ornamentales en cada uno de los ingresos. Así, el acceso principal se coronó con un grupo escultórico alegórico a la función del edificio. Se conformó un conjunto ordenado, frío, austero y puramente academicista, adecuado para honrar a Dalmacio Vélez Sársfield, autor del Código Civil Argentino, en la plaza vecina.
En la entrada recibe una gran escalera de mármol con barandas de hierro de manufactura artesanal, como las rejas de las puertas. Si bien el terreno es irregular no impidió que se hiciera un esquema clásico de aulas y galerías abiertas a un patio.
El terremoto de Caucete (San Juan) de 1977, hizo peligrar su estabilidad y la institución fue trasladada a otro edificio. El lugar quedó abandonado por un tiempo y luego fue utilizado por dependencias de la dirección de Actividades Artísticas de la Provincia, por su vecindad con el Teatro del Libertador San Martín y, finalmente, tuvo el destino actual, como Shopping Patio Olmos.
Símbolo de la ubicación. El emplazamiento de estos edificios no fue casual: se buscó cubrir los distintos cuadrantes que componían la ciudad. Tan importantes eran, que a dos de estas escuelas se las levantó en los extremos del único eje monumental urbano que tenía la ciudad: la avenida General Paz y su continuación, Vélez Sársfield.
Formaron parte de este plan también la Escuela Graduada de Varones, hoy Jerónimo Luis de Cabrera; la Escuela de Varones, hoy Francisco Ortiz de Ocampo, y la Escuela Normal de Córdoba, hoy Alejandro Carbó.
La belleza artística siempre estuvo presente para evidenciar el valor pedagógico y la sensibilidad hacia el arte. Los interiores, de espacios amplios y ventilados, seguían conceptos sanitarios imperantes: aulas lejos de las calles, baños apartados de éstas, espaciosos patios para recreación y materiales de excelente calidad.
Del mismo modo, estas instituciones debían sobresalir en el contexto urbano como verdaderos hitos, ya que los establecimientos escolares estatales debían proclamar la educación popular. Fue así que la escuela pública se convirtió en monumento de la educación.
Respecto a los edificios escolares, Domingo Faustino Sarmiento considerado el "gran maestro argentino", expresó: "Deben estar dotadas de cierto gusto y con lujo de decoración, que habitúe los sentidos a vivir en medio de estos elementos indispensables de la vida civilizada".
Fuente: La Voz Turismo
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