El folklore (folk) es un fenómeno cambiante que no debe tomarse como algo estático. La palabra, acuñada por Willam John Thoms a mediados del siglo XIX se refería a un hecho cultural que se manifestaba en contra del Romanticismo y la Intelectualidad y permitía así surgir el estudio sistemático y metódico de las manifestaciones culturales del pueblo, es decir, del folklore. La Argentina tiene en su folklore por un lado los danzas y músicas regionales que fueron surgiendo en el ultimo siglo y medio, el tango, el gato y el malambo (Buenos Aires), el Chamamé (Chaco, Corrientes y Entre Ríos), la Zamba, la Baguala y el Carnavalito (Salta, Jujuy y Tucumán), la Chacarera (Santiago del Estero), la Cueca (Mendoza y San Juan) o el Cuarteto (Córdoba), entre muchos otros. Los instrumentos musicales también son parte del folklore Argentino. Amalgama de instrumentos indígenas y europeos. Entre ellos está el bombo, la guitarra criolla, el bandoneón, el charango, el erke, la quena y el violin. Otra característica propia del folklore son las vestimentas típicas regionales, si bien estas se fueron perdiendo a lo largo del siglo XX, existen algunas excepciones como la del gaucho de la llanura pampeana o las cholas de Salta y Jujuy. La vestimenta chola (mujeres indígenas) nació durante los tiempos coloniales, cuando los españoles obligaron a las indias del Altiplano a abandonar sus atuendos tradicionales para que comenzaran a usar las ropas entonces populares en la península ibérica -la moda chula, después devenida chola-, con polleras a los tobillos, mantillas sevillanas y botas de media caña de tacón alto junto con el típico sombrero bombín. |
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